La Compersion: y eso con que se come?
La compersión es el hermoso sentimiento de ver a tu pareja feliz con otra persona… y en vez de querer tirarle el café caliente en la cara al otro, sentir genuina alegría por su felicidad. Es lo opuesto a los celos, y sí, suena como un superpoder, pero te prometo que es real.
Ahora, seguro te preguntas: ¿Eso es humanamente posible? ¡Sí! Pero no todos los poliamorosos la sienten, y eso está bien. No eres ni mejor ni peor si no te sale natural. Es como el cilantro: a algunos les encanta, a otros les sabe a jabón, y todo está bien.
Pero si crees que jamás podrías experimentar algo así, piénsalo de nuevo. Seguro alguna vez has sentido algo parecido, como cuando tu amigo monógamo se casa y juras que su matrimonio durará para siempre (spoiler: a veces no, pero shhh). En ese momento, te emocionas por él, sueltas una lagrimita y pensas: "¡Qué bonito, qué ternura!" Pues la compersión es como eso, pero con tu pareja teniendo otra pareja… o varias.
En mi caso, cuando veo que mi pareja es amada o deseada por otra persona, en vez de entrar en crisis, me invade el orgullo. Es como decir:
"Sí, yo sé lo que sientes, ¿verdad que es maravilloso? Mi pareja es especial y merece ser feliz… y hacerte feliz… y de paso hacerme feliz a mí… y tal vez hasta a más personas."
Parece trabalenguas, pero tiene sentido (en mi cabeza, al menos).
Eso sí, la compersión tiene sus desafíos. Por ejemplo, cuando te sientas con tu pareja a hablar de sus experiencias amorosas y, sin querer, mezclas historias:
"¿Te acuerdas cuando te llevó a ese restaurante increíble?"
"Eh… no, eso fue con el otro."
"Ups."
Como todo, se aprende con práctica y paciencia. ¿Existe una dinámica ideal para experimentarla? Quién sabe. Pero lo bonito del poliamor es que puedes explorar, equivocarte y volver a intentarlo. Y si todo falla… ¡hazte una tabla de Excel para organizar las historias!