Soy Bisexual, Poliamorosa y Casada con una Lesbiana Ex-Hétero Monógama (Sí, Es Un Lío)
Si alguna vez alguien quiere un reto, que intente ser una mujer bisexual, poliamorosa y casada con una lesbiana ex-hétero y monógama. Es como jugar un videojuego en modo difícil, pero sin tutorial.
Cuando nos conocimos, ella era “hetero con dudas”, lo que básicamente significa que se resistía a admitir lo obvio. Yo, con mi detector de heterocuriosas bien calibrado, lo supe antes que ella.
—Pero es que nunca he estado con una mujer —me decía, confundida.
—Eso se arregla fácil.
Y bueno, se arregló. Tanto, que ahora es 100% lesbiana.
Sí, salió del clóset, cerró la puerta con llave y prendió fuego a la salida. Y yo, mientras tanto, me quedé con mi bisexualidad intacta, preguntándome si hay un manual de instrucciones para estos casos.
Los Retos de Nuestra Maravillosa Locura
Mi poliamor vs. Su monogamia
Yo le explico que el amor es abundante, que el corazón no tiene límite de almacenamiento, que el poliamor es como Netflix con múltiples perfiles.
Ella no está convencida. Para ella, el amor es más bien como un libro de biblioteca: uno a la vez y con multa si lo devuelves tarde.Su familia tradicional
Lo nuestro es un juego de espías: saludos neutrales, nada de tomarnos de la mano en reuniones familiares y, por supuesto, si alguien pregunta, somos "roommates con excelente química".
Una vez, su tía nos vio abrazadas demasiado tiempo y preguntó:
—¿Ustedes son…?
—Muy buenas amigas —respondí con una sonrisa.
—Ah, qué bueno, porque ya sabes lo que dice la Biblia…
Y ahí me tocó fingir que no tengo un doctorado en argumentos bíblicos pro-LGBT.La adaptación emocional
Cuando ella aceptó su lesbianismo, hubo una fase de… entusiasmo. Nivel: yo tuve que recordarle que no TODA la ropa tiene que ser de H&M sección "boyfriend fit" y que raparse no es un requisito.
Mientras tanto, ella descubría que yo seguía siendo bi y me miraba como si estuviera atrapada en la confusión eterna.—Pero… ¿cómo te gustan ambos?
—Así como a ti te gusta el sushi y la pizza.
—Pero si pudieras elegir solo uno…
—¿Por qué tendría que elegir?Y ahí fue donde aceptamos que simplemente somos un rompecabezas con piezas de diferentes juegos, pero que igual encajamos (aunque a veces a la fuerza).
Cómo Mantenemos la Paz en Este Universo Paralelo
Negociaciones constantes. No, no soy monógama. No, no la voy a obligar a ser poliamorosa. Pero podemos encontrar el punto medio sin que a nadie le dé un ataque.
Código secreto en eventos familiares. Si me dicen “y el novio, ¿pa’ cuándo?”, ella me lanza una mirada de advertencia y yo finjo demencia.
Sentido del humor. Porque si no nos reímos, nos volvemos locas.
Al final del día, somos la prueba viviente de que el amor no necesita etiquetas perfectas para funcionar. A veces es un caos, a veces es hermoso, pero siempre es nuestro.