Swinging 101

Recuerdo la mezcla de emoción y nerviosismo al entrar en mi primer evento swinger. Mi pareja y yo habíamos hablado del tema antes… aunque, siendo sincera, no con la profundidad que ameritaba. Era más bien un "oye, ¿y si probamos esto?" y un "bueno, suena interesante", sin un manual de instrucciones ni un GPS emocional.

Al principio, fue abrumador. Me sentí cohibida, preguntándome si llevaba la ropa adecuada (o más bien, suficiente ropa) y si había algún protocolo que desconocía. Pero sorprendentemente, rápidamente me sentí como pez en el agua. Lo que más me impactó no fue la sensualidad del ambiente, sino el increíble sentido de comunidad y respeto. Todo el mundo estaba allí para pasarla bien, sí, pero también para asegurarse de que los demás se sintieran cómodos y seguros.

Ah, y un pequeño detalle: la persona con la que fui era un hombre guapísimo y divertido, pero sin lazos amorosos. Si iba a probar este estilo de vida, quería hacerlo con alguien con quien la única conexión fuera la del placer. Sin complicaciones emocionales, sin expectativas futuras, solo pura exploración.

Lo Que Desearía Haber Sabido Antes

Si estás considerando el swinging, aquí van algunas cosas que habría pagado por saber antes de mi primera experiencia:

🔥 Empieza despacio: No tienes que lanzarte de lleno. Primero asiste a un evento social o una reunión para familiarizarte con la comunidad y ver si realmente es para ti.

🛑 Establece límites claros: Habla con tu pareja (si tienes una) sobre qué cosas están dentro y fuera de la mesa. Y una vez definidos, respétenlos. Nada mata más la experiencia que la incertidumbre o los malentendidos.

💬 La comunicación es clave: No basta con hablar antes de la experiencia; revisa constantemente cómo te sientes durante y después.

🙅‍♀️ Está bien decir no: No tienes que hacer absolutamente nada con lo que no te sientas cómodo(a). En este mundo, el consentimiento es la moneda de oro.

💞 El cuidado posterior importa: Después de la experiencia, tómate un tiempo para reconectar contigo mismo(a) y, si tienes pareja, con ella. Hablen, procesen, compartan cómo se sintieron. Nada queda en la cama si no se habla después.

Conclusión

El swinging puede ser una forma divertida y satisfactoria de explorar tu sexualidad, pero como todo en la vida, es mejor abordarlo con intención y cuidado. Si sientes curiosidad, edúcate, conversa abiertamente con tu pareja (o contigo mismo/a si lo harás por cuenta propia), y nunca sientas presión por hacer algo que no deseas.

Y recuerda: no tienes que hacerlo solo(a). Estoy aquí para guiarte en cada paso del camino, ya sea con una pareja sexual ocasional o con alguien con quien tengas un vínculo emocional más profundo. Lo importante es que lo hagas en tus propios términos y disfrutes la experiencia.

Así que, ¿estás listo(a) para explorar?


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