Érase una vez una joven valiente (o tal vez un poco ingenua) que decidió convertirse en el unicornio de una pareja casada. Sí, esa fue Carla. Todo comenzó como un cuento de hadas moderno: conocio a Joseph, hizo las preguntas correctas para asegurarse de que su relación de 20 años era sana y estable, y luego la conocio a ella. Se gustaron, formaron una triada y, por un tiempo, todo fue mágico. Pero, como en toda buena historia, llegó el drama. Adriana terminó con Carla, le prohibió a Joseph seguir viendo a Carla, y lo que siguió fue una montaña rusa emocional que terminó en divorcio. ¿La lección? El poliamor es como un juego de ajedrez: incluso si haces todos los movimientos correctos, a veces el tablero explota. Aquí te cuento su historia.

Ir a un club swinger puede ser una experiencia emocionante y liberadora, pero también hay ciertas reglas no escritas que debes seguir para no arruinar la noche (ni la tuya, ni la de los demás). Si es tu primera vez o simplemente necesitas un recordatorio, aquí tienes una guía de qué NO hacer en un club swinger, con un toque de humor para que no te tomes demasiado en serio (a menos que estés en medio de una situación incómoda, en cuyo caso, sé serio).

Tener múltiples relaciones amorosas consensuadas, a menudo enfrentan un fuerte estigma y discriminación en la sociedad. A pesar de que el amor puede tomar muchas formas, la cultura dominante tiende a favorecer la monogamia como el estándar. Este tema aborda las raíces de la discriminación y el estigma hacia el poliamor, sus consecuencias y cómo podemos trabajar hacia una mayor aceptación.

El poliamor puede ser un concepto emocionante, pero cuando se trata de la familia, las cosas pueden volverse un poco... interesantes. Aquí te comparto algunas historias y consejos con un toque de humor sobre cómo manejar la dinámica familiar en un estilo de vida poliamoroso, siendo además bisexual.

En el poliamor hay opciones para todos, pero tienes que asegurarte de que nadie se atragante con tus emociones. Y cuando te interesa alguien nuevo, la comunicación es clave. No puedes simplemente decir: "Oye, ¿te gustaría ser mi segunda cita de este sábado?" Sin más, aquí tienes una guía ligera (y un poco cómica) para comunicarte en el poliamor cuando alguien nuevo te llama la atención

Imagina que tu capacidad de amar es como tu capacidad de tener amigos: ¿acaso dejarías de querer a tu mejor amigo solo porque conociste a otro? ¿O dirías "lo siento, ya tengo un amigo, no puedo tener más"?

Pues bien, para algunas personas, el amor romántico tampoco tiene un límite de cupos. Y no, no es por "miedo al compromiso" (aunque tu tía seguirá insistiendo en eso en cada reunión familiar).

Si combinar relaciones no monógamas éticas con el caos del TDAH fuera un deporte olímpico, muchos de nosotros tendríamos medalla de oro en sincronización de calendarios fallida y plata en ¿en qué fecha dijiste que era nuestro aniversario?.

El poliamor ya requiere habilidades avanzadas de comunicación, gestión emocional y saber dónde dejaste el celular. Pero cuando añades TDAH a la ecuación, el desafío se multiplica: ¿Cómo mantener relaciones sanas y respetuosas cuando tu cerebro borra recuerdos como si fuera el historial de incógnito?

Adentrarse en el mundo de la no monogamia -ya sea poliamor, relaciones abiertas u otras formas de relaciones consensuadas no monógamas- puede ser emocionante pero también abrumador para quienes son nuevos en este estilo de vida. Como persona con más experiencia, tienes la oportunidad de guiar, apoyar y crear una experiencia positiva para ellos. Sin embargo, es crucial abordar estas interacciones con cuidado, empatía y respeto. En este artículo exploraremos cómo interactuar con principiantes de manera que fomente la confianza, el entendimiento y el crecimiento mutuo.

Criar hijos en un entorno poliamoroso puede ser tan divertido como complicado. Imagina un circo donde los payasos son tus parejas y los malabaristas, tus hijos. Aquí te presento un vistazo humorístico a los diferentes estilos de crianza en el poliamor, los posibles problemas que pueden surgir y cómo resolverlos

Ser sex coach es como ser un chef especializado en postres: todos quieren probar lo que haces, pero no siempre entienden en qué consiste tu trabajo. Cuando alguien me pregunta a qué me dedico y les digo que soy sex coach, las reacciones van desde la curiosidad genuina hasta los chistes coquetos y las preguntas incómodas. "¿Das demostraciones en vivo?" es solo una de las muchas cosas que he escuchado. Así que, si alguna vez te has preguntado cómo lidiar con estas situaciones, aquí tienes una guía ligera (y con mucho humor) para mantener la compostura y, de paso, educar un poco a los curiosos

Un día, por casualidad, llegué al mismo bar donde mi pareja estaba reunido con un grupo de personas. Al verlo, su rostro se iluminó como si hubiera ganado la lotería. Se alegró mucho de verme y, sin pensarlo, lo saludé con un beso en los labios. En medio de la emoción, un amigo suyo se acercó para saludarme, y en mi mente pensé: "¡Qué gran momento para mostrar mis habilidades de saludo!"

El poliamor y la monogamia a menudo se ven como dos extremos del espectro de las relaciones, pero la verdad es que son más como puntos en una escala móvil. Así como algunas personas se inclinan naturalmente hacia la monogamia, otras prosperan en relaciones poliamorosas. Pero, ¿qué sucede cuando alguien que se identifica como poliamoroso decide probar la monogamia? ¿Es posible? La respuesta corta es: Sí, absolutamente. Aquí tienes una mirada más profunda al porqué y cómo una persona poliamorosa podría elegir la monogamia, con un toque de humor para mantener las cosas ligeras.

La idea de pasar de la monogamia al poliamor puede sentirse como intentar cambiar de ser una persona de gatos a una persona de perros: es posible, pero requiere un gran cambio de mentalidad, hábitos y estilo de vida. Mientras que algunas personas se inclinan naturalmente hacia el poliamor, otras encuentran la idea de tener múltiples relaciones románticas abrumadora o poco atractiva. Entonces, ¿por qué parece tan difícil para las personas monógamas "volverse" poliamorosas? Vamos a desglosarlo, con un toque de humor para mantener las cosas ligeras.

Ah, las redes sociales, ese lugar mágico donde mi amor puede florecer o convertirse en un reality show de drama. Todo depende de cuánto decido compartir de mi vida personal. Imagina esto: estoy casado(a) y, además, tengo tres encantadores miembros en mi película de amor. ¡Qué elenco tan diverso! Pero, claro, ellos también quieren su momento de fama en Instagram.

Recuerdo la mezcla de emoción y nerviosismo al entrar en mi primer evento swinger. Mi pareja y yo habíamos hablado del tema antes… aunque, siendo sincera, no con la profundidad que ameritaba. Era más bien un "oye, ¿y si probamos esto?" y un "bueno, suena interesante", sin un manual de instrucciones ni un GPS emocional.

¡Felicidades! Has decidido dar el gran paso de mudarte con tus múltiples amores. Es emocionante, es aterrador, y definitivamente va a ser un viaje lleno de risas (y tal vez un par de lágrimas). Aquí van algunos consejos para que esta mudanza sea más divertida que un episodio de tu comedia favorita.

Desde el principio fui clara.

—Soy poliamorosa —solté entre un sorbo de mi cóctel, como quien menciona que prefiere la playa a la montaña.

Él apenas pestañeó, como si le hubiera hablado en otro idioma.

—Ah, sí, claro, todo bien —respondió con seguridad, claramente convencido de que esto no le afectaba en lo absoluto.

Yo lo supe en ese momento. No había entendido nada.

Y, efectivamente, no le importó hasta que le importó.

¿Soy un Monstruo Verde o Solo Necesito un Abrazo? Los celos en el poliamor son como el picante en la comida: un poquito puede dar sabor, pero demasiado y terminas llorando en posición fetal.